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Cada vez me inquietan menos los cambios o la incertidumbre, es la época que nos ha tocado vivir, nada es seguro. Dudar, analizar y tomar decisiones esta empezando a dejar de ser angustioso para mí.
Asumir que puedes equivocarte y que el mundo no se viene abajo. Mirar atrás y ver que todos somos capaces de construir desde cero, de enfrentarnos al comienzo de algo.
Si te quedas quieto delante de un edificio solo verás la fachada principal, grandiosa e imponente pero nunca descubrirás la salida trasera del edificio, el graffiti gigante que decora la fachada lateral, o la gran piscina que ocupa la cubierta. No tendrás perspectiva. No verás el conjunto. Nada encajará. Muévete, puedes verlo más cerca o más lejos, cruzar la calle, subirte a un helicóptero y verlo desde arriba o escalar sus fachadas y observar de cerca cada fisura al detalle.
Por eso empieza a estudiar, ten tu primer hijo o ve a por el tercero, cásate o divórciate, compra la casa de tus sueños o arregla la casa familiar del pueblo, haz una mudanza a la playa o a las montañas, nuevos sitios por descubrir, gente por conocer, cosas por hacer, proyectos profesionales o personales están ahí, pero sin movimiento no existen.
Tres años escribiendo en este blog, miro atrás y me gusta leer mis entradas, me traen buenos recuerdos, me hacen sentir bien. Y últimamente valoro mucho las cosas que me hacen sentir bien.
Días de cambios y el primer verano sin girasoles...