martes, 19 de julio de 2016

COMPARTIR ES VIVIR


Siempre recuerdo a mis padres creando cosas con sus propias manos, mi madre pegada a su máquina de coser, a sus patrones de Burda y a sus telas, a mi padre apañando muebles, colgando cuadros o con las chapucillas de casa...incluso hicieron de albañiles y colocaron el suelo exterior de la casa de Sebúlcor, ¡alucinante! Seguramente sean las personas más creativas que conozco, siempre buscaron solución para todo, eso lo aprendí de ellos. Creo que el truco es una combinación perfecta de la prudencia de mi madre, el optimismo de mi padre, y la generosidad de ambos. Sin duda son un buen equipo.

Hoy mi madre sigue haciendo vestidos a sus nietas o ganchillo, cuidando su jardín y su casa,... y mi padre hace "joyas" con retales de madera, tiene su huerto que da unos tomates que saben a tomates, y sigue inventando canciones y poesías que nos hacen reír y llorar a todos...no dejan de crear cosas, con sus manos, con su mente o con su alma...pero sobre todo no dejan de compartirlas.



Eso es lo que voy a hacer yo, y aunque mi máquina de coser no se ni donde se ha quedado (después de todo el lío de la mudanza), y por un tiempo dejaré este vicio-hobby a un lado, en Playa del Carmen vamos a hacer un montón de cosas, conocer gente y lugares, y vivir experiencias que nos permitan seguir creando, creciendo y compartiendo.


viernes, 15 de julio de 2016

UN VERANO SIN GIRASOLES

Cambiar, evolucionar, crecer, estirar, encoger, hacia delante o hacia atrás... moverte significa arriesgar, perder algo pero ganar otras cosas.

Cada vez me inquietan menos los cambios o la incertidumbre, es la época que nos ha tocado vivir, nada es seguro. Dudar, analizar y tomar decisiones esta empezando a dejar de ser angustioso para mí.
Asumir que puedes equivocarte y que el mundo no se viene abajo. Mirar atrás y ver que todos somos capaces de construir desde cero, de enfrentarnos al comienzo de algo.

Si te quedas quieto delante de un edificio solo verás la fachada principal, grandiosa e imponente pero nunca descubrirás la salida trasera del edificio, el graffiti gigante que decora la fachada lateral, o la gran piscina que ocupa la cubierta. No tendrás perspectiva. No verás el conjunto. Nada encajará. Muévete, puedes verlo más cerca o más lejos, cruzar la calle, subirte a un helicóptero y verlo desde arriba o escalar sus fachadas y observar de cerca cada fisura al detalle.

Por eso empieza a estudiar, ten tu primer hijo o ve a por el tercero, cásate o divórciate, compra la casa de tus sueños o arregla la casa familiar del pueblo, haz una mudanza a la playa o a las montañas, nuevos sitios por descubrir, gente por conocer, cosas por hacer, proyectos profesionales o personales están ahí, pero sin movimiento no existen.

Tres años escribiendo en este blog,  miro atrás y me gusta leer mis entradas, me traen buenos recuerdos, me hacen sentir bien. Y últimamente valoro mucho las cosas que me hacen sentir bien.

Días de cambios y el primer verano sin girasoles...