miércoles, 18 de septiembre de 2013

...y vuelta a la ciudad

Y después de un largo verano lleno de playa, pueblo, diversión, agotamiento, descanso, amigos, familia y una mudanza incluida volvemos a la ciudad. Echabamos de menos Madrid, así que no paramos de hacer cosas:

El sábado por la tarde un paseíto por Malasaña, terrazas llenas de gente y una feria de diseño en la Plaza del Dos de Mayo. Siempre que voy por la calle Fuencarral me encanta pasar por una librería en la que siempre encuentro algún libro interesante para regalar, Phanta Rei , está en la Calle Hernán Cortés, justo dónde Fuencarral deja de ser peatonal, me pasaría horas allí hojeando libros...

El domingo fuímos al Museo Nacional de Ciencias Naturales, a Carmén le encantó, alucinaba viendo a todos los animales en tamaño real, los insectos le llamaban mucho la atención. Esta situado en el Paseo de la Castellana, Metro Gregorio Marañón, el museo no es muy grande por lo que es ideal para ir con los peques, además hay una nave dedicada a los dinosaurios que merece la pena visitar. El precio es razonable, 6 euros la entrada general, 3 euros la reducida y los menores de 4 años no pagan. Fuera hay un quiosco con terraza dónde se puede tomar una cervecita y coger fuerzas.
Se nos pasó la mañana en un plis plas...no sabíamos dónde comer por allí así que acabé llamando para reservar en un restaurante al que tenía ganas de ir: La Tábula de las Descalzas, está situado en la Plaza de las Descalzas, cerca de la Plaza de Callao. El restaurante nos sorprendió por el precio, pedimos un menú, con un primero (yo elegí berenjenas con miel, buenísimas!!!), segundo (3 paellas a elegir), bebida, postre y café por 16, 95 euros, cada uno. Los platos son abundantes, por lo que Carmen comió de lo que habíamos pedido nosotros. El local es grande y tiene una decoración muy agradable, nos atendieron muy bien y como avisamos que íbamos con carro, nos pusieron en una mesa bastante amplia, a Carmen le dejaron unas pinturas y un cuento para colorear y cuando terminamos de comer le ofrecieron una piruleta, así que los niños también son bienvenidos en este restaurante.

Finalmente nos acercamos a la Plaza de Callao para ver la última etapa de la vuelta ciclista, estuvo muy divertido ver pasar a los ciclistas a toda velocidad...yo me escapé un rato a La Central, otra librería que me vuelve loca, además el edificio es una pasada. Así que pasamos un domingo familiar muy divertido y bastante económico: 12 euros entradas del Museo y 34 euros la comida, total 46 euros...no está mal no?